Somos seres sexuados desde nuestro nacimiento hasta la muerte. En cada momento de la vida, la sexualidad tiene un modo particular de expresarse.
Desde su nacimiento hasta los 5/6 años el niño y la niña conformarán las bases de su sexualidad adulta.
Adultos en buena relación con su propia sexualidad, que conozcan sus posibilidades, que den ejemplo de cuidado y respeto por el propio cuerpo y el del otro, serán quienes acompañen en el camino del descubrimiento del fin profundo de la sexualidad a estos niños y niñas.
La masturbación, la curiosidad por el cuerpo de otros niños y niñas, la pregunta en relación con la sexualidad en general, son manifestaciones propias de estos años.
Es una época también, en donde el niño hace sus primeros ensayos de acceso al mundo exterior, tiene sus primeras relaciones con otros niños y niñas, y va ensayando su modo de relacionarse con el mundo. Acompañarlos dejándolos ir, y esperarlos felices a su regreso, les da seguridad.
En la pubertad renace el interés por la sexualidad. Comienza el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios: crece el vello púbico, le comienzan a crecer los pechos a la niña, el varón tiene sus primeras eyaculaciones. Es una época de grandes confusiones, el cuerpo comienza a sentirse extraño para él y ella y hay ensayos fallidos de acercamiento con el otro sexo. La vergüenza y el desconcierto son sentimientos de estos momentos de la vida.
Acompañarlos, darles seguridad, ponerles límites que le den cauce a sus sentimientos, alentarlos en su nuevos emprendimientos, será el modo.
Comienza el momento de las primeras elecciones de su vida que tienen que ver con su sentido de “futuro”. Qué estudiar, qué deporte me gusta, qué ropa elijo... Son los primeros ensayos para la salida definitiva del hogar familiar. En la adolescencia los grupos de pertenencia son la vía de salida definitiva del seno familiar, junto a sus pares. Además aparecen las primeras relaciones afectivas y sexuales.
El proyecto de vida que se comienza a conformar, la vocación, la imagen, la elección sexual...
La información respecto de la sexualidad en general, de la prevención de embarazos no deseados y de la transmisión de enfermedades sexuales, es la vía indispensable para el cuidado de la vida. Las estadísticas dicen que cuanto mayor es la información en relación con la sexualidad, más se posterga el inicio sexual en la adolescencia.
En la juventud la realización sexual entra en su apogeo. Es el tiempo de la conformación de la pareja junto a la realización social.
Todas las personas tienen derecho a una sexualidad y afectividad que facilite la realización de la vida, sin ser por esto juzgados ni discriminados.
En la adultez, encontrar el tiempo y los caminos para la sexualidad, la maternidad/paternidad, la vida familiar, el trabajo y el ocio, ayudan a un equilibrio que facilita un desarrollo pleno de la vida.
Diversificar los intereses, preservar siempre un lugar para la sexualidad, ayudan en la empresa de vivir.
En la adultez mayor llega la menopausia en la mujer y la andropausia para el hombre. La caída de los niveles hormonales que afectan la respuesta sexual orgánica, no tienen porqué afectar la vida sexual si la persona se prepara para desarrollar una vida integral, también en ese momento de la vida.
Una vida desarrollada en diversos aspectos, acompaña a una realización plena de la sexualidad en la adultez mayor. El cuidado del cuerpo y de todos los aspectos vitales, es un elemento fundamental.
En el momento en que los hijos ya se van de la casa familiar, puede ser un momento de realización para una pareja que ha desarrollado una vida independiente en todos los aspectos de la vida.
Nuevos espacios disponibles para la realización personal y sexual, son la ventaja que tiene una edad en la que la vida aún espera con mucho por ser descubierto.
El desarrollo pleno de una sexualidad satisfactoria, es un trabajo a tomarse y un derecho elemental a ser respetado desde el nacimiento hasta la muerte.
Acompañar al niño, no juzgar al joven y facilitarle el camino al adulto mayor. Construir socialmente las condiciones de posibilidad para la aceptación de todas las posibilidades afectivas, y darse cada una la oportunidad de explorar la propia sexualidad más allá de mandatos y estereotipos.
La sexualidad es el motor de la vida, y como tal -como camino vital- debe ser pensada.
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